TTterminamos 2008 con una noticia terrible y dos destellos de luz en lo que al comercio de armas se refiere. La terrible, los datos de comercio de armas que una vez más son indecorosos y vergonzantes. La mayoría de los estados que se dedican a comerciar con armas son adalides de la democracia y de los derechos humanos. Derechos que se tragan las armas, ya que, de acuerdo con el último informe de Amnistía Internacional (AI), "cada año se producen ocho millones de armas pequeñas y ligeras y cada día se mata con armas a más de mil personas. El 85 por ciento de los homicidios se cometen con armas pequeñas y ligeras y cada año más de 300.000 personas son víctimas de homicidio cometido con armas convencionales; y muchas más resultan heridas, sufren abusos y se ven desplazadas y desposeídas a causa de la violencia armada". Los datos los han hecho públicos AI y TransArms. Estados Unidos encabeza la honorable lista de países exportadores de armas. España no se queda atrás (ocupa el puesto noveno); encontramos también a "Reino Unido, Federación Rusa, Israel, Francia, Alemania, Suecia, Italia y Países Bajos", a quienes siguen otros como República Checa, Argentina, o Corea del Sur.

Y muchos de los países a los que llega ese armamento, resalta el informe, son espacios en los que la violación de derechos humanos en cualquiera de sus modalidades es algo cotidiano. Homicidios y masacres en Colombia, represión en Guinea, desplazamientos en Somalia, graves violaciones de derechos en Myammar y Sudán, ejecuciones de civiles en Costa de Marfil, uso excesivo de la fuerza en Uganda y violencia generalizada, en especial contra las mujeres, en Guatemala.

Los dos destellos de luz, o algo así como "la esperanza es lo último que se pierde". Hace unos días más de cien países firmaron el Tratado de Oslo, que prohibe la fabricación, almacenamiento, venta y uso de las bombas de racimo; una buena nueva que muchos desean sea algo así como un pistoletazo de salida hacia mayores avances que se necesitan. Pasos muy difíciles, sí.

Y precisamente en Naciones Unidas parece que cada vez son más quienes muestran su disposición (teórica, al menos) a que haya un mayor control del comercio internacional de armas. 147 estados votaron a favor de avanzar en este sentido. Como suele suceder, EEUU va por libre y votó en contra, acompañado esta vez por Zimbabue.

A este respecto, AI urge a "detener el flujo continuo de transferencias irresponsables de armas que durante décadas han inundado las zonas en conflicto, provocando más muertes, más heridos y más pobreza". Con todo, ante este panorama desalentador servidora continuará siguiendo la pista a quienes apuestan por la noviolencia y la resistencia civil noviolenta.