El profesorado lleva muchos años esperando un Estatuto docente que regule sus condiciones de trabajo y que acabe con el mare mágnum normativo que han provocado las numerosas leyes educativas de los últimos años.

El estatuto añorado deberá preservar el equilibrio necesario entre los perfiles que definen la profesión docente y regular las competencias estatales.

El borrador de estatuto que nos ha presentado el MEC a los sindicatos, después de más de un año de negociación, es a todas luces insuficiente para los profesores, por lo que CSI-CSIF ya ha comunicado a los responsables del ministerio que no lo suscribirá mientras no se contemplen con total nitidez y se resuelvan aspectos como el ingreso en la Función Pública, la prórroga indefinida de la jubilación LOE, la carrera profesional: promoción profesional horizontal (mejora retributiva para todo el profesorado) y la promoción vertical hasta la Universidad (con un cupo de plazas para los cuerpos anteriores a ésta), el establecimiento de un complemento general docente de 60 euros para todo el profesorado como reconocimiento a su labor (prometido por la ministra cuando llegó al cargo), la revisión de los niveles de complemento de destino: maestros, 24, secundaria, 26 y catedráticos, 27, la catalogación de las enfermedades profesionales y la regulación de cambio de puesto de trabajo por motivos de salud, asistencia jurídica y administrativa, así como un protocolo de actuación inmediata en caso de agresión al profesorado, la exclusión del régimen de incompatibilidades cuando el horario no impida otra actividad, mejora en excedencias, permisos y licencias, etcétera.

La motivación del profesorado y la dignificación de la labor docente necesitan un marco normativo que contemple estas reivindicaciones. Por esa razón desde CSI-CSIF hemos solicitado al MEC una negociación seria y de largo recorrido de un Estatuto que satisfaga realmente las aspiraciones de los profesores.

*Presidente Autonómicode CSI-CSIF Enseñanza