TRtecelamos de la casta política entre otros motivos porque algunos dirigentes se han enriquecido gracias a la corrupción. Si una manzana está podrida, ¿quién nos garantiza que no lo está toda la cesta? Es natural, pues, la desconfianza: "algunos" no son todos, pero sí demasiados.

Cuando un profesional incurre en un delito colabora, aunque no fuera esta su intención, en desprestigiar al colectivo al que pertenece. Los deportistas no se libran del --por así decirlo-- 'desprestigio por contagio'. La tenista rusa Maria Sharapova ha dado positivo en un control de antidopaje, y esa falta, que debería ser responsabilidad suya y solo suya, ha estallado a los pies de Rafa Nadal , a quien la exministra de Deportes francesa, Roselyn Bachelot , acusa de haber simulado una lesión en 2012 para ocultar que había dado positivo en una prueba antidopaje. Nadal, el mejor tenista español de todos los tiempos, es un ejemplo fuera y dentro del campo, y son precisamente sus éxitos los que provocan que cada cierto tiempo algún resentido le acuse de haber tomado sustancias ilegales. ¿Pruebas que justifiquen tales acusaciones? No las hay, pero ¿quién las necesita? Si no puedes derribar al gran hombre dentro de la pista, hazlo fuera. Y, como dijo el sabio, una mentira mil veces repetida acaba convirtiéndose en una verdad.

El éxito de las patrañas depende del número de personas que estén dispuestas a darles carta de naturaleza. La envidia, la hostilidad y las ideologías modelan a su antojo a crédulos que acogen cualquier insidiosa mentira que pueda zaherir al rival. No hace falta esforzarse demasiado para que los votantes de izquierda crean que un político de derechas ha blanqueado trenes cargados de lingotes de oro o para que los votantes de derecha piensen que el político de izquierda ha prevaricado hasta la extenuación. Está demostrado que estas personas, cuanto más atacan al corrupto del bando propio, con más ardor defienden al corrupto de la casa.

Rafa Nadal, en quien sí confío, va a interponer una denuncia contra la exministra bocazas. Puede que la Justicia actúe contra Bachelot y contra los políticos corruptos, y puede incluso que exculpe a los que son inocentes. Ojalá. En cualquier caso, la Justicia, como el caballo del malo, siempre llega a deshora.