Leo que a Trump no le gusta leer. Qué duda cabe de que sin leer se puede vivir tranquilamente. Pero el presidente Trump no es una persona del montón.

Los beneficios que en las personas produce la lectura, sea de libros o de diarios, no son pocos. Seguramente, a muchos de los votantes del presidente norteamericano tampoco les gusta la lectura.

No obstante, leer es algo básico en la formación integral de las personas. Lo que sucede es que leer no es tan cómodo como ver una película en el cine o en la televisión.

La lectura requiere de un esfuerzo por parte del lector. Cuesta leer. Además, sin la voluntad de querer aprender no es posible que nos sintamos motivados para coger un libro.

Tengo un amigo que es un gran lector, al que consulto qué libro o qué autor es conveniente que lea.

Para leer un libro hace falta humildad porque se trata, en el fondo, de aprender de otra persona.