Resulta curioso que las multas que se imponen por carecer de tíquet en la zona azul sean las más gravosas para muchos ciudadanos extremeños y que el número de sanciones desde el año pasado hasta junio del 2002 se haya disparado hasta un 17% en ciudades como Cáceres. El dato, sin duda, revelador, debería llevar a los ayuntamientos a realizar una reflexión profunda en torno a la normativa vigente. No parece, pues, descabellada la necesidad de arbitrar mecanismos estrictos para imponer multas a los conductores que cometan infracciones más graves que la de aparcar en un estacionamiento vigilado y, dicho sea de paso, cuestionado legalmente desde el mismo momento en que se puso en marcha. Aunque las multas por aparcar en zonas destinadas a carga y descarga también han aumentado, es cierto que si la grúa se lleva el coche de un vecino de Cáceres que había aparcado en zona azul, éste deberá abonar 150 euros (90 de sanción y 60 para poder retirar el vehículo del depósito municipal).

La gravedad de la sanción no se corresponde con la cuantía de la multa. Y como muestra, un dato: parar el coche en mitad de un paso de peatones sólo vale 90 euros.