Corría el año 1844 cuando Samuel Morse enviaba el primer mensaje telegráfico desde el Capitolio en Washington hasta Baltimore. Inauguraba la posibilidad de comunicarse a distancia con un primer mensaje de una cita bíblica: «Lo que ha hecho Dios».

Desde ese preciso instante para ateos o creyentes el código morse salvará más de una vida, especialmente en el caso de la navegación marítima o aérea quedando plasmada en multitud de películas con las que Hollywood nos ha cautivado.

Pero hablando de salvar vidas y de otra institución creada en 1844 y que cada 12 de octubre celebra su patrona, es obligatorio hablar de la Guardia Civil; la Benemérita también está con nosotros desde entonces sirviendo fielmente a la legalidad vigente de cada momento histórico y, sobre todo, siendo un pronóstico feliz para el afligido, como consta en su cartilla, ese código deontológico que en pleno siglo XXI sigue vigente sin haber perdido un ápice de veracidad.

Tras 174 años de historia los guardias civiles siguen siendo solo temidos por los malhechores y enemigos del orden, quien tenga ojos para ver que vea. Por ello y por permitir que en nuestra sociedad la seguridad y el exacto cumplimiento de la ley sea la norma y no la excepción, por constituir un faro a donde dirigirse cuando las aguas amenazan peligro, cuando necesitamos ser socorridos y estar siempre dispuestos a ello, vaya por delante nuestro reconocimiento y felicitación a ellos y a sus familias, sufridores principales de sus desdichas y anhelos. Tan solo nos queda decir, como Morse «lo que ha hecho Dios». Feliz patrona, compañeros.