Al dar por segura la ingobernabilidad del país, los socialistas principales --que no han de coincidir necesariamente con los principales socialistas-- dan por segura también la repetición de elecciones. Dicho así, es como si la gobernabilidad del país dependiera únicamente del Partido Socialista: es decir, o el Partido Socialista o la ingobernabilidad. Pero ¿y el resto de partidos, ya sean tomados de uno en uno (palabras para Julia) o por sus pactos? Bastaría con que el Partido Socialista llegara a acuerdos con Podemos, por ejemplo, o con que se abstuviera en el caso de que el Partido Popular y Ciudadanos se dijeran que sí. ¿Ingobernabilidad? Para hablar de ingobernabilidad, y no precisamente de la ingobernabilidad del país, hay que oír a Patxi López: "El Partido Socialista está dando un espectáculo lamentable".

Ciertamente, espectáculo sería que, tras obtener 90 diputados --el 22% de los votos--, Pedro Sánchez haya dicho que el Partido Socialista ha "hecho historia". Pero el espectáculo al que se refiere Patxi López está en el enfrentamiento entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, o, si se prefiere, entre la secretaría general de los socialistas y la candidatura socialista a la presidencia del Gobierno. Pedro Sánchez, secretario general, no solo se ha presentado a las elecciones como candidato a la presidencia sino que no está dispuesto a renunciar a la posibilidad de presidir el Gobierno, lo que garantiza su continuidad al frente del partido. Sin embargo, del mismo modo que era cuestión de tiempo que Susana Díaz llegara un día a la presidencia de la Junta de Andalucía, también es cuestión de tiempo que llegue ahora a la secretaría general socialista, sobre todo después de un resultado electoral que le es propicio --¿tristemente propicio?-- para exigir a Pedro Sánchez que abandone incluso el partido.

Al dar por segura la ingobernabilidad del país, lo único que se da por seguro es que, frente a los que dicen que el Partido Socialista quiere a Susana Díaz, están los que afirman que Susana Díaz quiere el partido, es decir, Ferraz. Y en esto están de acuerdo incluso los principales socialistas.