Pese a que siempre ha querido permanecer en la sombra, contrario a los conflictos políticos que toda concejalía debe sobrellevar, este castellano-leonés, afincado desde casi siempre en Cáceres, es hoy más que nunca protagonista por estar en primera fila en la carrera por suceder al que ha sido hasta ahora subdelegado del Gobierno, Carlos Rovira. Este abandonó el cargo el pasado mes de diciembre al jubilarse tras cumplir 70 años de edad.

Su perfil de hombre que sabe acatar todo cuanto se le asigna, contrario a polemizar y, sobre todo, su buena amistad con el alcalde José María Saponi, su buena estrella y mejor talismán, convierte a José Diego en uno de los aspirantes con más peso para sentarse en el flamante sillón de la Subdelegación, después de ser repuesto tras el importante desgaste sufrido durante la etapa de Rovira. Concejal de Cultura en esta legislatura del PP cacereño, su nombre ha saltado a la actualidad durante los últimos meses más de lo que el mismo José Diego hubiera deseado. El conflicto de la medalla de oro de la ciudad fue todo un rompecabezas y, aún hoy, no queda nada claro qué debe ilustrar realmente este galardón. Mientras se espera la designación oficial por parte del Gobierno central, José Diego permanece en silencio, tal como le gusta y, entre tanto, ordena sus papeles por si le ha llegado el momento de la jubilación .