TLtibros para ser buenos o mejores? No sé. Libros para encontrar respuestas a nuestras preguntas, para encontrar reflejos, certezas o serenidades a nuestra vida; libros que no hacen sino sugerirnos preguntas y más preguntas, que nos arrebatan, que nos dan la vuelta, que nos arrancan de nuestras seguridades y comodidades, de nuestros esquemas; libros que nos llevan volando a otros mundos y a otras gentes; que nos hunden en sueños o nos elevan a ensoñaciones. Libros que nos muestran lo políticamente correcto; libros transgresores que nos llevan de la mano de lo más incorrecto. Libros llenos de buenas intenciones (no mires al marido de la vecina, no fumes, come sano y no te emborraches...) y libros que llegan cargados de tabaco y de horas de insomnio; de diálogos a la luz de la luna regados de güisquis; de escondites de quienes no son legales huidos de la pasma ; de leales infidelidades; de miradas que se cruzan tras saltar una frontera; del cura enamorado y su ardiente deseo y su dolor profundo; de las heridas abiertas, la incomunicación, las ganas de dormir y no tener que enfrentarse al Otro; del hombre convertido en cucaracha; del desgarrador grito de un padre que se rebela ante la muerte de su hija... Y de impagados impuestos militares, de objeciones de conciencia a la moral establecida y a los dogmas de la Iglesia, de ocultas historias de delincuentes (delincuentes, sí) que al mando de grandes empresas montan guerras y saquean países...

Y de los viajes y de los marineros; y de querer vencer a una blanca ballena que nos acecha porque la buscamos; y de recorridos al centro de la tierra o a las profundidades de ese mar que nos acoge y nos expulsa; de ese emperador que renegaba de las guerras y de las conquistas y soñaba con elaborar un sistema de conocimiento basado en lo erótico; de quienes propusieron paz por sexo; de quien cantaba el viaje a Itaca; del hombre que hace prosa elegíaca del dolor y del recuerdo de la esposa vestida de rojo; de tres a la espera de lo peor en el infierno (que son los otros); de la amada que va en busca del amado; de mujeres y hombres que beben y fuman al lado de un niño muerto; del frío que desprenden los hombres grises; o de la esperanza a pesar de todo y a pesar de ellos, de las primaveras con esquinas rotas.

Son libros o historias o frases o aquella mirada o aquel personaje o ese diálogo o esa decisión, o un pensamiento o una palabra o un silencio o ese punto y aparte o esos puntos suspensivos... Preciosos tesoros que encontramos ahí, escondidos entre las líneas, visibles al inicio de un párrafo, al final de una hoja, en un rincón...

Y van con nosotros, nos siguen, nos acompañan queramos o no; son parte de lo que fuimos y de lo que somos, y de aquello en lo que nos convertiremos.

*Periodista.