WEw l Ministerio de Medio Ambiente ha pedido sugerencias a más de un centenar de organismos e instituciones sobre el proyecto de Refinería Balboa y, con ellas, ha elaborado un documento que plantea algunas exigencias y peticiones al promotor. Las más llamativas son la de que Gallardo presente una alternativa de este proyecto, pero en la costa, y que analice cómo afecta la industria a los cultivos de la zona.

El Ministerio que dirige Cristina Narbona no está planteando --ni le compete ni, aunque así fuera, sería el momento-- que la refinería extremeña se ubique en Huelva: ni sugiriendo que su futuro permiso estará condicionado a que se construya junto al mar. Lo que está planteando es que hay que saber qué incidencia tiene en el ecosistema del entorno, y que el traslado del crudo desde Huelva hasta la región obliga a bombearlo a través de 200 kilómetros de oleoducto con un coste energético y contaminante que no lo tendría si no hubiera necesidad de construir ese oleoducto. Es decir, el Ministerio de Medio Ambiente está preocupado por lo que le es propio: las cuestiones medioambientales y quiere que, en proyectos como éste, sobre el que ha detectado que existe "un interés ciudadano inusual", se le aporten argumentos. Y argumentos hay para instalarla en la región. La refinería no es solo un proyecto con un oleoducto que afecta al medioambiente, al que hay que respetar conforme a la legislación vigente; afecta también al empleo, al tejido industrial, del que puede ser locomotora; a la Hacienda extremeña.