La semana pasada, en Castuera, fallecía un trabajador; al día siguiente fueron cinco, esta vez en Barcelona; el primero fue sencillamente unas iniciales y un par de líneas en los periódicos, los segundos, cinco minutos en los informativos diarios. Resulta dramático ver lo que significa la muerte de un ser humano, cuando el nombre no es más que unas iniciales, solamente son unas líneas o un par de minutos en televisión. Los sin nombre jamás ocuparán las portadas.

Esos seis muertos se sumarán a las estadísticas que al final de año nos volverán a sorprender, esos muertos, esas personas, como usted y como yo, que habían desayunado con su pareja y habían hecho planes de futuro, esos seres humanos se convertirán sencillamente en números, nada más. Los políticos y demás parafernalia correrán raudos al lugar del incidente y vociferarán a los cuatro vientos que todas las medidas de seguridad eran correctas, que todo fue un lamentable accidente, y luego se harán la foto con la familia y se irán a casa y los muertos serán enterrados y los demás pondremos la televisión esperando los quince minutos de gloria del último fichaje de la jet de la clase trabajadora.

Eduardo Galeano establece que el sistema domina de tal forma al individuo que le hace pensar como parte más del sistema y no como individuo mismo. Cuando vemos circular a esos chavales que reparten pizzas y que sortean los obstáculos del tráfico y de la mole urbanística, pensamos en su temeridad, pensamos en el peligro que causan y no pensamos en que si realizan la entrega más tarde de lo acordado, su trabajo por horas se extinguirá, pero lo más grave es que si la pizza fuera para uno de nosotros y nos la entregaran fría, casi con toda probabilidad, le arengaríamos por haber tardado más de lo debido.

En España, y por extensión en nuestra región, la clase trabajadora vive en el oasis que venden los gurús de ese socialismo de salón por el que nos regalan medidas de índole socialdemócrata en cuanto a efectividad populista, pero en materia económica no hacen más que refrendar lo que vaya otorgando el interés especulatorio del capital.

XCUANDO UNx trabajador vive para trabajar, cuando se convierte en un contable experto para poder llegar a fin de mes, cuando mira su nómina y ve en el extracto bancario el aumento en el recibo de la hipoteca, cuando un joven después de haber estudiado durante años, se ve mendigando de empresa en empresa para sin conocer tan siquiera lo que son los derechos laborales, cuando un inmigrante firma un contrato por ocho horas, pero realmente trabaja doce... cuando todo eso y mucho más sucede, es cuando el trabajador realmente piensa si este país en el que vive es realmente Itaca o es sencillamente un desierto adornado por el canto de las sirenas.

Detrás de cada estadística, detrás de cada porcentaje, existen seres humanos con peculiaridades propias, con condiciones particulares que le hacen diferente a cualquier otro. Por eso resulta sarcásticamente horrorizante que los que aún hoy consideran defender a los trabajadores, esgriman con la facilidad que da el ser inmune al sentimiento de sus iguales, las variaciones en las cifras, en los índices de viabilidad de su sistema.

El recorte en derechos que la clase trabajadora viene sufriendo por parte de gobiernos de talante socialista o de centro, es tan drástico que hace que nuestro país, y más concretamente nuestra región siga siendo un lugar en el que trabajar para poder llegar a fin de mes pueda ocasionar la pérdida más valiosa que cualquiera posee, su propia vida.

El año que viene los políticos inaugurarán obras un mes antes de las elecciones, y lamentablemente a buen seguro más de uno se situará sobre el lugar donde a un trabajador la vida le cambió para siempre. Pero para él no habrá ya ni tan siquiera un minuto porque hay que acabar esa inauguración para ir a otra, para poder llegar a casa y degustar una pizza recién hecha mientras nos emocionamos al ver en la televisión el homenaje a la muerte de un personaje famoso, de esos que jamás serán solamente unas iniciales.

*Secretario del Movimiento Obrerode las Juventudes Comunistasde Extremadura