Profesor

La gente se escandaliza de la propensión de nuestros jóvenes y adolescentes a la bebida y a mí me parece un escándalo farisaico. Porque lo raro es que fueran abstemios, dada la relevancia que ha tenido la bebida, y sobre todo el vino, en nuestra cultura. Es que hasta la Biblia la ha promocionado.

En España eso del vinorro ha protagonizado incluso las canciones más conocidas. La Parrala era muy aficionada al vino. "Que sí, que sí, que sí, que sí, que a la Parrala le gusta el vino". O quizá fuera el aguardiente. Y como parece que no le iba muy bien y tenía sufrimientos el cantante se preguntaba "¿por quién bebe la Parrala?".

Gracias a Dios en aquellos tiempos no había psicólogos y el personal solucionaba los traumas con la bebida, que es mucho más barata y eficaz. Porque si hubieran existido los psicólogos, la Parrala hubiera hecho terapia de grupo y la humanidad se hubiera quedado sin una canción que alegró muchas generaciones. Estrellita Castro no se quedaba atrás. Y todo el relato del tatuado marinero tenía lugar al lado "de una copa de aguardiente", pues ya se sabe que el alcohol abre muchas bocas, ya sea en el mostrador de un bar o en un "colmao". Y si por causa del destino te encontrabas en Nueva York en fechas señaladas nada mejor que unas copas de vino español para disminuir la morriña. "Vino español, vino español ", se cantaba con la convicción de que bebido en tierra extraña se tenía la sensación de que no hay mejor vino que el de nuestra tierra. A lo mejor no habían hecho los americanos el mayor descubrimiento de su historia, la coca cola. Y si encima se mezclaba con los sones de un pasodoble llegaban al éxtasis. Bueno, "Suspiros de España". Pero si en lugar de buscar vino español le hubiera dado por lo intelectual en vez de un canto a lo español les hubiera salido un poema como a García Lorca. Y no vas a comparar.

Con una tradición tan alcohólica y teniendo en cuenta el éxito de la unión de música y tintorro a nadie puede extrañar que Los Brincos comenzaran su andadura popular proclamándose "borrachos" que les proporcionó mucho más éxito que si se hubieran declarado del Opus, que entonces se llevaba casi tanto como ahora. Y qué decir del champán. Anda que no se han enlazado cuerpos, se han encendido mecheros y se han recordado mejores tiempos "con un sorbito de champán". Manolo Escobar era mucho más directo: "Viva el vino y las mujeres". ¿Con o sin minifalda?

Sabina le ha sacado mucho más provecho a la bebida que nadie. Gracias a su querencia hacia los bares se pasó una noche entera con un ligue pues le dieron "las diez y las once, las doce y la una y las dos y las tres", que ya es poderío. Cómo quedaría de satisfecho que pretendió repetir la cosa un año después pero se lo impidió, como siempre, el gran capital, el banco Hispano Americano.

Oye, pues es una idea. Que las cajas de ahorro y los bancos adquieran los locales de copas, los transformen en sucursales y se soluciona la cosa del botellón .