WEwl Tribunal Supremo ha dado con una fórmula escrupulosamente respetuosa con la legalidad para que el etarra Henri Parot permanezca en la cárcel 30 años --hasta el 2020--, y no quede libre a los 20 años tras haber sido condenado a 50 siglos. Ante los criminales en serie y por convicción, como son los terroristas, el derecho penal tiene una respuesta limitada, de ahí la importancia de la decisión del Supremo de que las redenciones se apliquen sobre las 26 condenas individuales de Parot y no sobre el máximo acumulable. Tal principio, además, no fuerza ningún cambio sustancial, porque el nuevo criterio no existía hasta la fecha, y establece una norma extensiva a otros etarras en situación similar.

El fallo de los magistrados desvanece la posibilidad de que la aplicación de la ley dependa de políticas derivadas del proceso de pacificación de Euskadi. El Supremo ha dejado al PP sin uno de sus argumentos más ruidosos para oponerse a toda solución no policial del conflicto vasco: la utilización de los presos etarras como moneda de cambio en la solución del conflicto vasco. No hay duda de que, llegado el momento, el Estado deberá mostrarse flexible y generoso, pero no será a costa del respeto a la ley.