TSte preguntaba estos días en una cena familiar uno de los participantes qué sería de Zapatero si fuera el protagonista de un episodio como el que está manteniendo con la conocida artista Carla Bruni. Y adobaba el episodio con el recuerdo de algunos detalles que potencian determinados aspectos: el noviazgo con Carla parece que avanza a gran velocidad. Se difunde su existencia días antes de su audiencia con el Papa, y el presidente y su nueva novia se marchan a Luxor en los días siguientes a esa visita al Vaticano. ¿Con bendición papal? Es más, realiza una parte de ese viaje en el avión privado de un amigo empresario, el magnate Vicent Bolloré, que ya le prestó un yate para su controvertida escapada a Malta tras las elecciones de mayo, entonces con su anterior esposa, Cecilia. Se recuerda que Bolloré, ya en aquella ocasión, fue denominado "patrocinador oficial de la República francesa". Se ha sabido asimismo que la estancia de Sarkozy y su acompañante en el lujoso hotel de Luxor ha costado mil cien dólares por noche. Parece que otra parte del viaje privado del presidente será por invitación y a cuenta de un jeque árabe.

Y mientras tanto, los cinco acusados de intento de secuestro de un centenar de niños en Chad, miembros del Arca de Zoé, han sido juzgados y condenados en Chad y siguen en huelga de hambre por sentirse abandonados por el gobierno francés.

Pero, volviendo a Sarkozy: desde su elección frente a Segolene Royal, ha tenido la formidable habilidad de estar en todas las salsas, como suele decirse a quien no ha parado de moverse en el escenario internacional, y en muchos casos, con formidables efectos económicos para la balanza comercial de su país: Ha logrado excelentes contratos comerciales en su visita a Pekín, en su viaje a Rabat, en su traslado a Argelia, a Túnez... Ha puesto en marcha el grupo de trabajo de países del Mediterráneo, ha estrechado relaciones con Putin, ha pretendido llevar la batuta de la dirección de la UE en competencia con Angela Merkel y con cualquier otro dirigente de los 27 países miembros. Incluso un diario español lo declaraba hace unos días personaje internacional del año. No es sorprendente que merezca tal cúmulo de atenciones, en lo público como en lo privado.

Su presidencia apenas acaba de empezar, pero es evidente que despunta con una fuerza inigualable. Tampoco hay quejas por parte española. Nos hallamos ante un dechado de actividad productiva, no hay duda.