A Eugenio D'Ors se le lee poco y estudia menos como a otros tantos escritores portentosos que yacen olvidados, pese a su frescura, amenidad e inteligencia. D'Ors pensaba mucho y por eso quizá no le lee ya casi nadie, pero entraba en los programas de literatura cuando era chica --apúntelo el ministro-- y me apasionaba antes de ser alumna de su nieto Miguel. Lo cual demuestra que una adolescente puede sentirse atraída por la literatura de pensamiento y no solo por 'Cincuenta sombras de Grey', aunque las cosas hayan cambiado tanto desde aquella época lejana.

Ahora que los planes de estudio dan un paso más hacia la penalización del pensamiento crítico, con un mazazo letal a la materia de Filosofía, vuelvo la vista atrás y constato que en algunas cosas, dígase currículum, dígase temario o como a usted se le antoje, algún tiempo pasado sí fue mejor.

La lectura de lo Barroco me llevó a concebir la Historia en un imparable progreso que avanzaba en constante movimiento pendular, decantándose ora por lo clásico, ora por su contrario, pero sin detenerse nunca, incorporando hallazgos del movimiento anterior al que sin embargo parecía oponerse. Así el Barroco es inexplicable sin el Renacimiento. Y el Romanticismo, con toda su nostalgia de lo medieval, incorpora principios ilustrados.

Sin embargo, el movimiento pendular de la política española desmiente por momentos mi teoría. Porque el cíclico oscilar entre izquierda y derecha no propicia avance alguno sino que amenaza más bien con el inmovilismo cuando no la con regresión, por el extremismo de algunos de los presupuestos de los dos partidos mayoritarios.

El PP aprovecha mayoría absoluta y crisis para privatizar a lo bestia y poner en peligro conquistas sociales que hace unos años nunca hubiera tocado. Por su parte el PSOE "ha vuelto más rojo" y tras exacerbar su pasión por lo público, proclama un laicismo beligerante --como si el gran problema fueran los acuerdos con la Santa Sede-- y declara que cuando vuelvan ellos cambiarán todo lo que han hecho sus predecesores.

Díganme. ¿Alguien entiende cómo se puede avanzar así?