WTwanto el Gobierno como los principales partidos políticos manifiestan estos días su intención de hacer una conmemoración de tono discreto del primer aniversario de los atentados de Madrid del 11 de marzo del 2004. Cumplirían así una de las demandas más sentidas por las asociaciones de víctimas de aquélla y otras atrocidades terroristas. Afortunadamente, el tremendo alegato de la presidente de la Asociación de Víctimas del 11-M, la cacereña Pilar Manjón , en su intervención del pasado 15 de diciembre ante la comisión parlamentaria que investiga esos hechos, parece haber calado tanto entre los políticos como en los medios de comunicación.

Ahora los medios tenemos la obligación de ser comedidos en la evocación de la tragedia, porque determinadas imágenes podrían reabrir las heridas todavía tiernas de quienes perdieron a seres queridos en la matanza de Atocha. Por su parte, a los políticos les toca no utilizar a los que sufren como arma arrojadiza partidista. Sería lamentable la repetición de espectáculos como el de la manifestación por las víctimas del pasado 22 de enero en Madrid, de la que el ministro de Defensa, José Bono , tuvo que irse por los insultos de la extrema derecha.