Desde Aragón, expreso mi insatisfacción por la situación de los albergues de la Junta de Extremadura en la provincia de Badajoz. Tras haber realizado a pie, sin coche de apoyo, en las últimas semanas las etapas de la Vía de la Plata entre Sevilla y Mérida, el resultado es deplorable. Sólo estaban abiertos el de Zafra, mucho calor y mucho ruido, pese a ocupar únicamente con mi marido un dormitorio de seis plazas y a 15 euros por persona, es decir, 30 euros la noche, practicamente precio de hostal; y el de Mérida a precio más asequible, 6 euros, cierto es. Los demás, cerrados sin previo aviso en pueblos anteriores. Una vergüenza lo de Fuente de Cantos, publicitado en internet y anunciado con bonitas placas en la etapa desde Monesterio... Especialmente irritante, el caso de Torremegía, ejemplo de desfachatez, al no acudir la hospitalera ja, ja, --vaya sentido de la hospitalidad y, además, según supimos, hubiéramos tenido que pagar también 15 euros por persona...-- a la llamada realizada al móvil que se indica en la puerta. Un niño dijo que su madre --la supuesta hospitalera-- trabajaba cobrando seguros y ese día había olvidado el teléfono móvil en casa. Los vecinos de Torremegía confirmaron que se ha confiado ese albergue a alguien que no reside en el pueblo. El ayuntamiento preferiría que se cerrara definitivamente, pues se evitaría recibir las quejas de quienes, como nosotros, nos encontramos con la puerta cerrada pese a haber acudido dentro del horario indicado. ¿Para esto ha invertido dinero la Junta? Y sigo: Monesterio, sin albergue. La Puebla de Sancho Pérez, cerrado. Villafranca, también cerrado y menos mal que no intentamos acudir a dicho albergue, pues se halla fuera de ruta. Desde luego, vaya impresión que nos hemos llevado. Comprendemos que así vayan los pueblos a menos y los políticos se rían impunemente de los ciudadanos.

M. Victoria Trigo Bello **

Correo electrónico