¿ Quienes son esos hombres jóvenes que deciden ser curas contra viento y marea? Son hombres que en un momento de su vida reciben una ´llamada´ de un ´no se sabe quién´ para que dejen a sus padres, familiares, novias, tal vez una carrera o un espléndido puesto de trabajo y un esperanzador porvenir profesional para que se dediquen a...´otra cosa´.

Ser cura hoy, en el ambiente mundano que nos envuelve, es una rara ´profesión´. Tras varios años de estudios es ordenado sacerdote. Hace votos de pobreza, castidad y obediencia ¿Quéee, cómooo-? Sí, eso. Le mandan a trabajar normalmente a pueblos pequeños. Debe estar disponible las 24 horas del día, paga bastante escasa. Este hombre vivirá solo para que los demás puedan morir acompañados.

En muchos lugares de España están mal vistos, sufren mofas e insultos. Les roban en sus templos y son menos en número cada día. Nadie del mundo los llamó, pues el mundo no ofrece sacrificios, ofrece y valora el dinero, la fama, la salud, el poder-sin importarle de donde provengan. Familiares y amigos sorprendidos suelen formar un grupo de oposición: "¿Pero hombre cómo se te ocurre? Joven, inteligente, fuerte, con porvenir y ahora resulta que lo vas a tirar todo por la borda..."

Existe otro mundo de eterna felicidad superior a este ´Valle de lágrimas´ como alguien definió muy bien a nuestra Tierra. Francisco, Julián y David son tres nuevos sacerdotes. Es el regalo que Jesús acaba de hacer a la Archidiócesis de Mérida-Badajoz.

Gracias, Señor. Los cuidaremos.

Antonio Medina Díaz **

Mérida