Estaba feliz porque, gracias a mi hija, había sido capaz de hacerme un Twitter. Que no sé si una tiene o se hace o es de eso. Andaba encantada con mi incorporación a la red social en su modo sucinto. El caso es, prosigo, que tengo ya mi Twitter con mi foto, mis "seguidores" --muy pocos--: unos cuantos allegados fieles y algún incauto. Y mis "siguiendo": Arturo Pérez Reverte y demás comunicadores de culto. De los que tienen trescientos mil incondicionales mientras la ilusa que escribe, cinco. Pero resulta que Twitter no es el "guasap", queridos lectores, --seguro que eso ustedes ya lo saben pero esta mema lo ignoraba-- donde una habla con sus seres más queridos, y crea grupos de pádel, amigas del alma locas y cuñadas, (se incluyan o no dentro de los seres queridos, je,je). Donde se convocan tertulias y todos se expresan con libertad, amenidad y emoticonos varios, ese grandísimo invento de la "ideopsicocomunicación". Porque en Twitter hay hahstags, que no he conseguido aún dilucidar qué es y se retwittea, que nadie me explica cómo, porque "con la práctica se aprende". Para colmo, --¡el secreto de su éxito!-- solo admite unos pocos caracteres que demuestren el ingenio del twitteador. Una escuela de Quevedos del siglo XXI, vaya. Con lo que yo me enrollo.

Así que, deprimida, barajaba pasar del invento, admitir mi fracaso, centrarme en los artículos, el blog y el inglés, que como actividades extraescolares ya me parecen suficientes. Para remate leo una entrevista en ABC a mi venerado Nick Hornby , uno de los autores ingleses actuales más tierno, divertido, optimista, comprensivo y bondadoso con la dolorida naturaleza humana. Y dice mi admirado que ¡odia twitter! Luego me entero por un sentido artículo de Edurne Iriarte que la endemoniada y conceptista red social es santuario de la izquierda más casposa y radical pues la han puesto a escurrir por ¡tener un bolso de Gucci !, que hay que oler a naftalina para eso.

Total, que si no he tomado ya una determinación fatal y he roto con el pajarito azul es solo porque ¡qué palo pedirle ahora a mi hija que me borre!