Los orígenes del nacionalismo y el regionalismo moderno tiene su lugar en la literatura con el «resurximento» (resurgimiento) en Galicia siendo el personaje ilustre Rosalía de Castro, «la renaixença» (el renacer) en Cataluña siendo el personaje ilustre Mn. Jacinto Verdaguer, entre otros y el romanticismo en el resto de España, siendo los personajes principales los extremeños José de Espronceda, entre otros (España) y para Extremadura Carolina Coronado. Son corrientes literarias que tienen como común denominador el amor hacia la tierra. No tardó que este sentimiento cogiera un cuerpo ideológico y de atribuir a un personaje el Padre de la Patria. Al politizarse y con ese gran deseo de transformar la región de nación cultural en un estado se creó la tensión entre unitaristas y federalistas, tensión que sigue estando vigente, tal como se vió en el debate del pasado 4 de noviembre entre Casado y Sánchez. El artículo 2b de la Constitución Española habla de que España está compuesta por regiones y nacionalidades. La palabra nacionalidad significa que pertenece a una nación y tiene dos connotaciones, a saber: esta nación puede ser un Estado; o bien una nación cultural: colectivo que tiene su propia lengua, historia, cultura y no está constituido como Estado. Pedro Sánchez en el debate se situaba en una nación cultural en el caso de Cataluña, Galicía que por las posiciones federativas del PSC se podrían transformar en Estado.... y Casado iba por el concepto de Estado. Si no se tiene claro la interpretación correcta de la palabra nacionalidad en la CE difícilmente habrá un consenso en política territorial.