TLta noria ha perdido la mitad de sus anunciantes tras la emisión de la entrevista a Rosalía García , madre del Cuco , imputado en el asesinato de Marta del Castillo . Sin embargo, la victoria de las redes sociales frente a la todopoderosa máquina de encantar puede ser un espejismo.

No es la primera vez que las marcas se desvinculan de un espectáculo polémico, pero ¿por cuánto tiempo? Ocurrió con la primera emisión de Gran Hermano , aunque más tarde los índices de audiencia convirtieron el programa en un goloso reclamo al que sucumbieron los anunciantes. Habremos ganado cuando las marcas que abandonaron La noria financien documentales de investigación y patrocinen la televisión de calidad.

Como muestra para una clase de gestión on line de la reputación de marcas no digo que no tenga validez esta experiencia, pero como ejemplo de movilización frente a la telebasura ha sido un fracaso. La entrevista tuvo una audiencia de 1.938.000 espectadores, el programa más visto sin discusión. Tampoco los colaboradores más críticos del programa abandonaron el plató.

Jordi González se olvida, cuando intenta justificar la emisión por el derecho de dar voz a quien tenga algo que expresar, que los 10.000 euros del trato (calderilla para la cadena) transmiten un mensaje perverso: el delincuente y su entorno se lucran gracias a que se ha cometido un delito. Se les prima.

Ni Rubalcaba ni Rajoy dedicaron un minuto en su macrodebate a definir su propuesta de televisión pública, cuando hoy la espada de Damocles de la privatización no es ciencia ficción.