XSxi hay que nacer en una familia numerosa para ver cómo se multiplican los panes y los peces, hay que trabajar en un ayuntamiento para ver cómo un euro cunde más que en cualquier otra administración.

Algunos que creíamos que los ayuntamientos iban a tener un papel protagonista en los próximos años, hemos notado el jarro de agua fría que nos ha regalado el pacto PSOE-CIU. Los ayuntamientos, sí, los ayuntamientos son la primera víctima del Estatut. Si las comunidades autónomas vuelcan paladas de competencias sin dinero a estos hermanos menesterosos de la Administración, el Gobierno de Zapatero les ha sisado la única ilusión que les queda a los pobres: la esperanza.

Los ayuntamientos han visto aumentadas sus competencias en los últimos años en educación, seguridad, salud, inmigración, consumo, circulación vial o cultura, creciendo el gasto público mientras el volumen de recursos es más y más débil e insuficiente. Y no podemos dejar de destacar que las grandes obras municipales se han llevado a cabo en los últimos lustros gracias a las transferencias de fondos comunitarios que, lamentablemente, ya tocan a su fin.

Sí, los ayuntamientos son los hermanos infortunados de la Administración. Basta comprobar las instalaciones de la Junta de Extremadura, o las diputaciones provinciales, para saber dónde está la talega del dinero. Y paradójicamente, mientras los ayuntamientos reciben sólo un 36% de financiación externa, son las otras administraciones las que simplemente ponen la mano al Estado, o a Europa --todavía--. Ya quisiera la Junta de Extremadura poder decir que el 64% de su financiación procede de sus tributos, tasas o contribuciones especiales.

En el borrador de Libro Blanco para la reforma del Gobierno local, se reconoce por primera vez la existencia de competencias impropias o de sustitución de los ayuntamientos, lo que supone el 32% del gasto corriente. Pero, a pesar de tal reconocimiento, nada se dice del principal problema que tienen las entidades locales: la financiación.

Una de las principales conclusiones del avance de resultados de un estudio sobre "la situación actual de los ayuntamientos, carencias económicas y problemas de gestión: diagnóstico y propuestas", elaborado por la FEMP y en el que han participado más de 80 expertos de la propia federación y de 67 corporaciones locales durante el año 2004 es que "Los ayuntamientos españoles experimentan un desajuste creciente entre las funciones reales que están asumiendo y la definición legal de sus competencias, por un sistema de financiación insuficiente y por una legislación que limita su poder de autoorganización".

Tras las buenos propósitos de este Gobierno ha caído el Estatut a los ayuntamientos como un meteorito de grandes dimensiones, sin avisar, como el reciente terremoto de Feria, aunque con muy distintas repercusiones para el futuro. Tras la cesión del 50% del IRPF a Cataluña, el Ministerio del señor Solbes no tendrá a dónde acudir para dar satisfacción a los consistorios. ¿Cómo van a participar ahora los ayuntamientos en la prometida participación en un porcentaje sobre el Impuesto sobre la Renta, el IVA o los impuestos especiales, si en el caso de Cataluña, se los reparte con el Estado al 50%?, ¿si el Estado tiene menos margen, nos vendrá de Cataluña el dinero que nos hace falta?, ¿vendrá de ese auténtico chiste que supone hablar de déficit histórico en infraestructura?

¿Qué les queda pues a los ayuntamientos? Quizá la única salida sea que los ayuntamientos pacten con sus respectivas autonomías una participación en IRPF e IVA, aunque conociendo a Ibarra , estamos seguros que apostará por mantener su reino de taifa sin soltar un euro más que a aquellos ayuntamientos que les sean afines por signo político, y si no, que alguien responda por qué siempre se ha negado a abrir el debate de la segunda descentralización en Extremadura, o por qué su afán en que los ayuntamientos mantengan las inversiones que la Junta de Extremadura hace en sus territorios.

Nos hemos pasado muchos años hablando de la necesidad de que la distribución de poder más eficiente era la que disponía de un 50% de los recursos para el Estado, un 25% para las CCAA y un 25% para los municipios. Todo ha saltado por los aires.

¿Qué va a repartir la Comisión bilateral para la financiación local de la que nos hablaba Juan María Vázquez , secretario de Política Municipal de la Ejecutiva Regional del PSOE, recientemente en este diario?, ¿en qué se basa para indicar en rueda de prensa que el 2006 será un muy buen año para el municipalismo?

Lamentablemente, el futuro inmediato nos depara un importante cambio respecto al status quo actual: incremento de los gastos públicos por asunción de más competencias, pérdida de ingresos por supresión de fondos europeos, imposibilidad de endeudamiento con las limitaciones legales existentes, y reducción de expectativas por la afluencia de recursos a las regiones más ricas en perjuicio de la capacidad del Estado tras el Estatut.

Al final, los ayuntamientos pagarán los platos rotos, o mejor dicho, los ayuntamientos no catalanes pagarán los platos rotos pues los catalanes recibirán su correspondiente aportación de la Generalitat. Y los que sufragan los platos rotos más que los ayuntamientos, son los ciudadanos, que van a ver cómo o se cierran éstos, o hay que encomendarse a los patrones respectivos. Sin recursos, lo único que les queda es la frase de Mariano José de Larra : "vuelva usted mañana".

*Portavoz del Partido Popularde Extremadura