El papa Francisco firmó el decreto en el que se declaran las virtudes heroicas, el primer paso en el proceso de beatificación, del sacerdote Luis Zambrano nacido en 1909 en Fuente del Maestre y del jesuita Tiburcio Arnáiz Muñoz, nacido en Valladolid en 1865.

Desde ahora se les considerará venerables y continuará el proceso de beatificación y para que esto se produzca será necesario que se apruebe un milagro gracias a su intercesión, y para que sea canonizado (santo) será necesario un segundo milagro.

La declaración de Venerable es el segundo de los cuatro pasos hasta llegar a la canonización, que llega tras la declaración de Siervo de Dios, precede a la beatificación y culmina con la canonización.

El siguiente paso sería su declaración como Beato, para lo que se necesitaría un milagro atribuido al ahora Venerable, un milagro que debe ser reconocido por una comisión de expertos. El beato es venerado en la diócesis, hasta que se declara santo, que es el último paso. Para ello se precisa de otro milagro y desde ese momento pasa a ser venerado en la Iglesia Universal.

Luis Zambrano Blanco nació en Fuente del Maestre el 23 de diciembre de 1909. Dando muestras bien pronto de la llamada al sacerdocio, ingresó en el Seminario Diocesano de San Atón de Badajoz en octubre de 1922. Fue ordenado el 24 de junio de 1934 y celebró su primera misa en la parroquia de su pueblo natal el día 29 del mismo mes.

Su primer cargo pastoral fue el de coadjutor --después párroco-- de la parroquia de Ribera del Fresno. Posteriormente fue párroco de Almendral, Olivenza y de la parroquia de San Juan Bautista de Badajoz. Falleció en Badajoz el 14 de febrero de 1983.

Su principal obra fue la fundación del Instituto Secular Hogar de Nazaret en Ribera del Fresno fundó el 25 de diciembre de 1935, con una orientación hacia lo parroquial y a lo social.

La primera gran obra del instituto fue la casa de la Providencia, en Ribera del Fresno, que acogió a personas con discapacidad y que sigue trabajando, modernizada pero con la misma entrega. Luego pondría en marcha otras obras como el colegio Santa Teresa o el de La Luz, ambas en Badajoz. Junto a ellas destaca el trabajo que realizan con inmigrantes, ancianos, mujeres maltratadas, marginados y la labor en las zonas rurales a través de las parroquias, un trabajo que goza de reconocimiento social, informó ayer el Arzobispado de Mérida-Badajoz.

El proceso se abrió el 29 de diciembre de 1998 en el colegio Santa Teresa de Badajoz, con la presencia de los tres obispos extremeños, la entonces directora general Marita Llorente y la primera mujer consagrada en el Instituto Secular, María Grajera. H