La romería en honor a San Isidro es una de las fiestas con mayor tradición en Calzadilla de los Barros, cuyos vecinos, emigrantes y visitantes han vuelto a vivir con intensidad una semana en la que la devoción, convivencia y la diversión se mezclan en la denominada Zona de Ocio, Turismo y Tiempo Libre 2000, a dos kilómetros del municipio, donde los romeros disponen de albergue, merenderos, barbacoas, miradores, chozos y hasta un lago.

Aunque todavía algunos mantienen la costumbre reunirse bajo las encinas, las casetas han proliferado, según explicó el alcalde, Antonio Galván, quien apuntó que este año han servido también a los romeros para resguardarse de la lluvia y el frío. A pesar del mal tiempo, la cita con San Isidro ha vuelto a ser masiva. "El 70% de los vecinos participa, además de mucha gente de fuera y los emigrantes que regresan estos días", destacó Galván, quien subrayó el ambiente de convivencia que se respira. "Las casetas son abiertas, cada grupo tiene la suya, pero todo el mundo es bien recibido en cualquiera", explicó.

Este año, el ayuntamiento ha sido más austero en su presupuesto para la romería y ha recortado en algunas actividades, pues la localidad debe atender otras necesidades más perentorias, pero eso no ha deslucido una de las fiestas con mayor arraigo en Calzadilla.