Han sido ocho días en los que Rosa Cansado, vocal de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Almendralejo, ha vivido una experiencia que ha calificado de "inolvidable e impactante, nadie se puede imaginar cómo es el Sahara hasta que no se visita".

Su estancia ha transcurrido entre los campamentos de Samra y Ausserd, junto a la frontera con Mauritania, donde miles de saharauis se hacinan en sus haimas . Rosa ha tenido más suerte que alguno de los 300 españoles de Andalucía y Extremadura que han viajado a Africa con ella y no ha tenido que ser hospitalizada tras su llegada a España, "algunos compañeros de viaje --afirma Cansado-- no han superado las malas condiciones de salubridad del desierto y han enfermado".

Una de las cosas que más ha impresionado a Rosa, han sido las condiciones de vida del desierto, una circunstancia que para esta almendralejense se antoja muy dura, "los niños allí más que vivir, lo que hacen es sobrevivir entre necesidades".

LOS PEQUEÑOS

De cualquier forma, los niños del Sáhara viven felices entre sus familiares y durante todo el año estudian para luego, en verano, recibir la recompensa de pasar sus vacaciones en laguna localidad extremeña, siempre y cuando sus notas sean buenas y haya familias dispuestas a acogerles unos meses. Y es que, desde la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui se prevé que en este verano las peticiones de las familias extremeñas serán inferiores a las de otras ediciones.

Rosa reivindica que "la gente debe concienciarse de que este pueblo subsiste gracias a la colaboración de diferentes asociaciones e instituciones españolas".

Ese es el caso del campamento de Smara donde el teléfono público ha sido financiado por la Junta de Extremadura, o el hospital de Ausserd financiado por el gobierno del País Vasco.