El investigador Eduardo Maya ha descubierto en el Patio de Armas del Castillo de Luna de Alburquerque uno de los símbolos más importantes de la cultura judía. Se trata de una menorá grabada en un sillar de granito y que ha pasado desapercibida durantes siglos.Maya explica que la litografía se encuentra en el lado norte del patio donde se encuentra la iglesia románica de Santa María del Castillo. Según explica a Efe, en el lienzo exterior, aparece una hilera de sillares y, a menos de un metro del suelo, se aprecia una figura en muy mal estado de conservación por lo que ha pasado desapercibida hasta ahora.La menorá, símbolo de la esperanza del pueblo judío, y una figura en forma de candelabro que tiene profundos significados para el judaísmo como el recuerdo del gran candelabro que ilumino el templo de Jersusalén. Maya, que investiga las numerosas marcas de maestros canteros dejadas como firma en los trabajos de construcción de diferentes castillos de La Raya, explica que este menorá podría provenir de una lápida funeraria, posiblemente procedente del cementerio judío, ubicado con toda probabilidad donde actualmente se encuentra el conocido como Reducto, junto a la iglesia de San Mateo. Los judíos, por razones de salubridad, situaban los cementerios extramuros, pero cercanos a las murallas y próximo a una de las puertas de la ciudad, como en este caso. Tras el decreto de expulsión de 1492 se desmantelaría este cementerio y algunas de sus piedras, como ésta, se volvió a aprovechar para la construcción del lienzo del Castillo de Luna.Eduardo Maya observa el valor del descubrimiento pues "viene a reafirmar la idea de que Alburquerque es la población más importante de Extremadura en cuanto a la conservación física de vestigios del pueblo sefarad". La aparición de este menorá se suma a otros elementos ya descubiertos, como los mezuzá, unas oquedades provocadas en las jambas de las puertas de entrada de las viviendas de la judería para colocar un pergamino con pasajes del Deuteronomio, que tenían por objetivo proteger a los inquilinos de la vivienda, o la sepultura de granito que aparece en la Iglesia de Santa María del Mercado, donde se representa una estrella de cinco puntas utilizadas por los judíos conversos en sus laudas durante la Edad Media Aparte de estos legados, están las marcas que descubrió Álvarez Moruno y que publicó en un artículo el 6 de septiembre de 1970, donde describe la aparición en la puerta de entrada al patio noble del castillo de la letra hebrea "Shin", o el símbolo que se encuentra en el parteluz de una de las ventanas góticas de la torre del homenaje, donde aparecen las letras que forman el Tetagramatón judío, en concreto las iniciales YHVH del nombre de Dios (Yod-He-Vav-He).