Albañil de profesión, a Ramón Pulido Corbacho (Corte de Peleas, 1962) no se le caen los anillos. Cuando este periódico lo llamó para concertar esta entrevista, iba conduciendo una retroexcavadora en una obra del Aepsa en las aceras del colegio.

--¿Es habitual ver al alcalde de la Corte a pie de obra?

-- Sí, sí. Si yo no tengo que ir a ningún lado me pongo la ropa de trabajo y me voy a la obra. Además se nota (enseña las manos, con las palmas encalladas).

--Pasado el ecuador de esta legislatura ¿qué balance hace en el ayuntamiento?

--Muy bueno, porque no tenemos deuda. Tenemos un superávit de 142.000 euros. Cuento con un personal muy bueno trabajando en el ayuntamiento, porque esto no lo hace solo el alcalde. Nosotros gastamos hasta donde podemos. Este año en las dos fiestas que celebramos nos hemos gastado 7.000 euros en las orquestas. Más no se puede.

--Presume de no haber subido ningún impuesto.

--Ninguno, ni el de rodaje, ni he hecho revisiones del Catastro, que otros pueblos sí han hecho de 5 años para atrás.

--Sólo usted está liberado.

--Sí, los demás concejales cobran por asistencia a plenos. Pero en un pueblo tan pequeño no se pueden liberar más. Desde hace unos meses cobro 1.100 euros, pero el primer año fueron 600 y luego 900. Yo cuando salga del ayuntamiento lo haré con las manos limpias. Voy con mi coche y nunca paso el gasto de gasoil. Llevo tres legislaturas y nunca he pasado una dieta al ayuntamiento.

--¿Qué piensa del deterioro de la clase política?

--Si entras en política y te presentas para que te elijan es para trabajar, no para mancharse las manos. En los pueblos varía mucho. No sé cómo lo hacen para coger dinero. Si yo compro algo para el ayuntamiento llevo mi facturita, hasta el último céntimo.

--¿Cómo se lleva con la oposición?

--Bien. Al principio, peor, hasta que ya se calmaron. Si tienen ideas, nosotros se las respetamos si nos vienen bien.

--En un pueblo las relaciones no se ciñen al ayuntamiento.

--Un alcalde de un pueblo lo es las 24 horas. Van hasta a mi casa. Para eso nos hemos presentado.

--Ahora el PP está en el Gobierno central y en el regional. Pero cuando usted llegó a la alcaldía no era así. ¿Han cambiado muchos las relaciones con las otras administraciones?

--Reconozco que en la Diputación de Badajoz (del PSOE) no miran los colores. Dijeron que iban a quitar las diputaciones y yo no estoy de acuerdo, porque a los pueblos pequeños nos vienen muy bien. Siempre nos han dado más o menos todo, con nosotros siempre se han portado muy bien. Con la Junta las relaciones son buenas, pero a la hora de darnos cuando pedimos, se nota que han recortado muchísimo.

--Ostenta la presidencia de la Mancomunidad de Tierra de Barros. ¿Cómo es la experiencia?

--La verdad es que entré con ilusión. Teníamos un préstamo pendiente de la legislatura pasada de más de 200.000 euros y conseguí pagarlo. Pero de los diez ayuntamientos, sólo pagamos cuatro. Ahora mismo las máquinas las tenemos paradas porque no hay dinero para pagar a los trabajadores. Sólo están al día la Corte, Acehuchal, Entrín y Solana. Los demás no pagan.

--¿Porqué?

--Por la mala administración en estos ayuntamientos. Han gastado más de lo que podían. Pero yo digo una cosa: todo político que se presenta a unas elecciones tiene que ser responsable y sabe que a la mancomunidad hay que pagar cada tres meses un dinero. Ahora mismo tenemos una escuela taller, la gerente y un agente de desarrollo local. Vamos a esperar que se deshaga del todo y puede que nos reagrupemos los pueblos que seguimos pagando.

--¿Son fundamentales las mancomunidades para los pequeños municipios?

--Sí, sí. Si no, ¿cómo arreglamos los caminos? A los ayuntamientos pequeños nos vienen muy bien. Sin la mancomunidad no arreglamos caminos.

--Pero hay ayuntamientos que se quejan de que les cuestan demasiado los servicios mancomunados.

--Yo digo que no. Para los pueblos grandes, como la mancomunidad se paga en función de la población, puede ser mucho dinero. Pero es una pena que tengamos maquinaria parada.

--¿Cómo les afecta la crisis?

--En los pueblos no se nota tanto, más en las capitales. Porque en los pueblos, el que siembra te da, ahora empieza la vendimia, la aceituna y siempre hay trabajitos.

--¿A qué se dedicaría si deja la política?

--Creo que no vuelvo más a la albañilería. Prefiero el campo. No es el momento para la construcción. A los autónomos nos tienen muy dejados y tendrían que prestarles más atención, porque si no funcionan las empresas esto no se va a recuperar. Pienso que la Junta podría pagar la Seguridad Social y echar una mano para que los empresarios contratasen y ayudasen a los jóvenes. El paro es lo peor que hay en España y en Extremadura. Además, en esta región se produce mucho pero no sale con su marca. El vino de Corte de Peleas fue el año pasado medalla de oro en Nueva York entre 500 vinos. Producimos mucho pero no sale de aquí con nuestra etiqueta. Los espárragos van a Navarra, dónde van los melones, los tomates... todo.

--Presume de que en su pueblo hay actividad empresarial

--Tenemos fábrica de aceitunas, cooperativa, fábrica de almendras, de carnes envasadas precocinadas y tenemos alrededor de 60 hectáreas propiedad del ayuntamiento, con un olivar que arrendamos y otras partes para cebada o lo que los vecinos quieran sembrar. Estamos a un paso de Badajoz con una carretera muy buena.

--En Badajoz promocionan su piscina municipal.

--La piscina de la Corte se mantiene con la gente de Badajoz. Está muy bien porque es muy amplia y además les dejamos traer las neveritas, con sus bocadillos. Los fines de semana entran 400 personas. Por eso la piscina no da pérdidas, mientras que en muchísimos pueblos sí ocurre, porque cuesta mucho el mantenimiento, los socorristas...

--¿El futuro de la Corte pasa por la agricultura?

--Claro, es Tierra de Barros.

--¿Volverá a presentarse a las elecciones?

--No lo sé. Esto también cansa.