Desde que comenzara el estado de alarma provocado por la crisis del coronavirus el popular mercadillo de los miércoles, conocido en la localidad como “el barato”, dejó de prestar servicio, sin que hasta el día de hoy, --pese a que con notables restricciones la normativa lo permite--, haya vuelto a instalarse en su emplazamiento habitual, en la calle Barrio de la Cruz.

Ante la complejidad de reabrir, o no, el mercadillo en su ubicación actual, el alcalde de Monesterio, Antonio Garrote, anunciaba hace unas semanas, que “las características de la calle en el que se ubica”, con puestos instalados prácticamente en las fachadas de las viviendas y unidos, unos a otros, “se hace imposible acatar la actual normativa” para este tipo de actividad. Con el propósito de poder ofrecer un “servicio con todas las garantías”, el ayuntamiento optó por no reabrir el mercadillo y mientras tanto, “estudiar distintas opciones”, para garantizar “la salud de vecinos y vendedores”.

Reunión

Esta disyuntiva está suponiendo “cierto retraso” en la reapertura del mercadillo, aunque según ha adelantado el alcalde, la “idea del grupo de gobierno es recuperar el servicio antes de que finalice el mes de junio”. Así las cosas, Garrote ha explicado que actualmente “se estudian dos emplazamientos” distintos al actual, “con más amplitud”, con la intención de que “vendedores ambulantes y usuarios cumplan con las medidas establecidas en la normativa que actualmente rige los mercadillos. La elección del nuevo espacio, argumenta el alcalde, “está supeditada a distintos informes técnicos”, con lo que en unos días “se podrá dar a conocer el emplazamiento final”.

En este contexto, Antonio Garrote ha explicado que “hace unos días” se mantuvo una reunión entre vendedores ambulantes y técnicos municipales, con el objetivo de “ofrecerles esta misma información”, para que la actividad pueda reanudarse en condiciones “óptimas de salubridad y distanciamiento”.