Centenares de personas han despedido hoy en la iglesia de Santa María del Valle de Villafranca de los Barros (Badajoz) a la última víctima de la violencia machista en España, C.T. de 69 años, que ayer murió a manos de su marido M.G.D. de 78, y que tenía una orden de alejamiento pero no una pulsera de localización.

Muchos vecinos de esta localidad, así como de pueblos cercanos, se han acercado al funeral que se ha oficiado en la iglesia de Villafranca, y a la que han asistido visiblemente conmocionados los cuatro hijos que tenía el matrimonio, que se encontraba en trámites de separación.

La mujer, C.T., era muy conocida ya que durante años regentó una mercería en el pueblo, en el que vivía desde hacía muchos años aunque era natural de Almendralejo.

En el funeral han estado presentes, entre otras autoridades, el delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias, el consejero de Salud y Política Social, Luis Alfonso Hernández Carrón, la directora del Instituto de la Mujer de Extremadura, María José Ordoñez y el alcalde de Villafranca de los Barros, Ramón Ropero.

La localidad ha decretado tres días de luto por este crimen y hoy los extremeños se han echado a la calle para condenar la violencia machista en las numerosas concentraciones que se han repetido en las principales localidades de la región.

El asesinato se produjo ayer en esta localidad cuando el marido de la mujer -que ha confesado el crimen- la golpeó en repetidas ocasiones con un martillo.

El delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias, ha explicado que la mujer presentó una primera denuncia el pasado 3 de julio por maltrato psicológico -pero no físico- que se basaba, fundamentalmente, en insultos.

Ante esta primera denuncia, el juez decretó una orden de alejamiento para el hombre que le imponía la prohibición de acercarse a la vivienda familiar a menos de 200 metros.

Sin embargo, el pasado 12 de julio unos familiares de la mujer observaron al marido cerca de la vivienda, por lo que la mujer decidió poner una segunda denuncia al día siguiente de estos hechos por quebrantamiento de la orden de alejamiento.

Al hombre no se le impuso la obligatoriedad de llevar una pulsera de localización de GPS, una medida que corresponde determinar a la autoridad judicial, según ha recordado el delegado del Gobierno.

López Iglesias ha explicado que la justicia valora muchos parámetros en estos casos, al tiempo que ha recordado que en ninguna de las dos denuncias interpuestas se reflejaron malos tratos físicos.

Por otra parte, varias organizaciones de mujeres han reclamado que se analice por qué ha fallado la orden de protección, al tiempo que han recordado que C.T. es una de las seis víctimas mortales que habían denunciado este año y el único de esos casos en el que existía una orden de alejamiento.

Según la directora de la Fundación Mujeres, Marisa Soleto, "hay que seguir insistiendo a las mujeres que busquen la protección de la ley y denuncien, pero casos como este hacen mucho daño".

"No podemos permitir que aquellas mujeres que han buscado la protección de las instituciones vean que su vida corre peligro", ha señalado a Efe Soleto, quien ha pedido que se analicen los fallos "policial o judicial" para que no vuelvan a ocurrir ningún caso similar.

"Es un fracaso considerable de las políticas públicas; hay que pedir a las instituciones que vean las posibilidades de mejora para que la protección en estos casos sea real", ha añadido.

Además, la responsable de la Fundación Mujeres ha lamentado la reducción del número de ordenes de protección dictadas por los juzgados en los últimos años.

Por su parte, el Gobierno de Extremadura ha anunciado que se presentará como acusación particular en este caso y en todos los que se produzcan por violencia machista.

La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, también ha condenado el último caso de violencia machista, que eleva a 30 el número de mujeres fallecidas a manos de sus parejas o exparejas este año.