Jarramplas realizó ayer sus primeras salidas a las diez de la mañana y a las cuatro de la tarde, seguidas por cientos de personas entre vecinos, turistas y periodistas de distintas partes del mundo, que se han acercado hasta Piornal para participar en esta fiesta invernal que rinde homenaje a San Sebastián. Desde que puso un pie en la calle, Jarramplas recibió una intensa lluvia de nabos, nada menos que 23 toneladas preparadas para este fin, si bien se protege con máscara y armadura de fibra de carbono. El ‘castigo’ volverá esta tarde con la última salida.