Trescientos descendientes del desaparecido pueblo de Granadilla ha regresado hoy a él para participar en el tradicional oficioso religioso de la festividad de Todos los Santos, a la vez que han honrado a sus difuntos que descansan en el cementerio nuevo.

La villa, declarada Conjunto Histórico-Artístico, fue desalojada a mediados del siglo XX a consecuencia de la declaración de zona inundable debido a la construcción del embalse de Gabriel y Galán

El reverendo Gregorio Martín Miguel, párroco de Galisteo y encargado de Alagón del Río, ha oficiado la santa misa en la iglesia de La Asunción.

En su homilía, el oficiante ha hecho referencia a la festividad del día, al aludir al sentido de la santidad que la Iglesia reconoce en aquellos que dan sentido a su vida y, guiados por las bienaventuranzas, crean las condiciones apropiadas para la convivencia.

Asimismo, ha recordado a los difuntos, "que siempre estarán en nuestro corazón", y a los nacidos en la villa fallecidos durante el último año.

Finalizado el oficio religioso, los descendientes de Granadilla y sus familiares han compartido unos momentos de convivencia en la plaza para recordar sus vivencias en el pueblo que les vio nacer y recorrer sus calles y plazas.

Éste es uno de los dos días al año, junto a la festividad de La Asunción, que se reencuentran con su antiguo pueblo y en el que muchos de ellos vivieron más de media vida, hasta su exilio en 1965.