Francisco Porras es un agricultor jubilado de Jarandilla de la Vera, que en los últimos doce meses ha logrado reunir, en lo que denomina Museo de Antigüedades , varios miles de piezas, utensilios y herramientas que con el paso del tiempo han ido quedando obsoletos, pero que sin embargo se hacen imprescindibles a la hora de conocer como se vivía, por ejemplo, a principios del siglo pasado.

-¿Cuántas piezas ha logrado reunir hasta el momento?

-No lo sé, pero tengo muchas, clasificadas en diferentes secciones, relacionadas con la cocina, la ganadería, el campo y la música. También hay carteles de toros, como uno del antiguo coso de San Sebastián de 1898, en el que alternaron, Manzantini y Guerrita, y fotografías de políticos de todas las ideologías. Curiosa también es la colección de esta especie de pilas bautismales, los útiles de los zapateros, las trompetas de caza de reyes y pregoneros, junto con unos grilletes, para evitar el robo de mulos, además de un curioso invento del año 1932 para combatir los insectos del cerezo.

-¿Es difícil recopilar todo esto

-Antes cuando empecé no lo era tanto, pero últimamente sí resulta complicado, ya que la gente ahora no quiere desprenderse de lo que tiene, y si lo hace, es por un precio alto.

-¿Recibe ayudas de algún tipo?

-No recibo ayudas de nadie y por ver el museo sólo cobro la voluntad, cuyo dinero destino a comprar nuevas piezas.

¿Qué es lo que más le satisface de todo esto

-Lo ilusionada que sale la gente de ver la gran cantidad de piezas que tengo aquí. También cuando me dicen que es una verdadera lástima que el ayuntamiento no me facilite una casa grande para organizar un museo como Dios manda.