Sobre un terreno accidentado se sitúa esta pequeña localidad rodeada de pequeñas elevaciones como la Lombriz o el Canchal Gordo. Tierras bañadas por el río Ayuela y los arroyos Maderos y Cubetos, tierras agrícolas marcadas por las tierras de dehesa, donde la ganadería y los cultivos de secano son la principal ocupación.

Cerca de la población estuvo ubicada la mansión Ad-Sorores, en la vía de Mérida a Astorga, y de allí partía un ramal que enlazaba con la otra radial de Mérida a Trujillo por Santa Lucía del Trampal. Por Casas de don Antonio pasamos cuando vamos de Cáceres a Mérida, sobre el río Ayuela donde se puede encontrar un puente romano del siglo I. Su parroquia está dedicada a la asunción de María, conservando tres retablos y cinco tallas barrocas, además de un hermoso púlpito del siglo XVII. Hay un viejo molino en el Ayuela y trasladaron al pueblo una bella cruz de término con adornos de la Pasión. Hacen la romería de Santiago el primero de Mayo, celebrando sus fiestas de la Asunción y el Pilar en agosto y octubre.

Esta devoción se plasma en la ermita de Nuestra Señora del Pilar (siglo XVI-XVIII). Además podemos también contemplar un rollo o picota muy bien conservado (obra modesta del siglo XVI), situado en la plaza de España.

LUGARES IMPORTANTES En la sierra, el viajero puede localizar lugares vírgenes, accesibles desde una intrincada red de caminos rurales, cordeles y veredas. Desde los riscos y peñas más prominentes de la sierra, el parapente se deja ver en ocasiones por los cielos de la comarca, surcados frecuentemente por el buitre negro y otras aves representativas del paisaje urbano (cernícalo primilla, cigüeña, etc.).

Entre la fauna sobresalen también especies como el zorro, la jineta, tejones, milanos, águilas, aguiluchos cenizo, cernícalos y lagartos ocelados. Caminos rurales, veredas y cordeles invitan a surcar la sierra. A pie, a caballo o en bicicleta se hacen rutas y excursiones por entornos de gran riqueza ecológica como la ruta de los molinos, que atraviesa la garganta del mismo nombre; un bello entorno jalonado por una treintena de antiguos molinos que proliferan por la comarca y constituyen un elemento identificativo de la cultura y de los usos tradicionales de sus pobladores. Podemos encontrarlos diseminados y en diferentes estados de conservación.

Toda la variedad paisajística y la escasa presencia humana en la sierra posibilitan una gran diversidad de especies cinegéticas aptas para la caza menor y para la caza mayor, como jabalíes en las manchas inexpugnables del Aljucén y la Parrilla.