Periodista

De poco le han servido al señor Rajoy las explicaciones en el Congreso. Aunque contengan su parte de verdad, hoy es difícil creer que el Gobierno haya actuado correctamente. Ahí están las pruebas. Kilómetros de playas ennegrecidas y miles de pescadores y aldeanos exhaustos de tanta lucha solitaria aliviada sólo por el gran aliento de los voluntarios.

Instalados en una realidad virtual elaborada a golpe de márketing y propaganda, el Ejecutivo se creyó sus propias fantasías. Y olvidó que la naturaleza es cruel y que el mar todo lo devuelve.

Ante evidencias semejantes, escudarse en históricos errores ajenos y no admitir los propios a tiempo arroja al peor de los ridículos y despierta a la más somnolienta de las sociedades.