Permanece abierto desde hace 50 años. Ha sobrevivido a la competencia, a una dictadura y a las descargas de los filmes por internet y todavía mantiene impertérrito sus puertas abiertas; este verano además oferta películas al aire libre después de dos años sin cine estival. El propietario de las instalaciones, Santiago Fernández Marcos, recordó que cuando surgió el cine Cruz Blanca, el único que existe hoy en Navalmoral, sólo competía con el Amarnie, que había dominado el mercado de los filmes en el municipio durante 50 años. Posteriormente surgiría el Pavón, en las cercanías de la Cruz de los Caídos.

Fernández rememoró las claves de su éxito de antaño, ya que "era un esclavo del cine", además de que asegura que "hoy en día no se tiene estima por el público". Para ofrecer las mejores películas y distanciarse así de la oferta de los cines rivales, Fernández viajaba a Madrid en un ciclomotor tanto en invierno como en verano para escoger los filmes que proyectaría. El resto de propietarios "esperaban a que los representantes les acercasen las mercancías". Santiago fue acaparando poco a poco el mercado cinematográfico adquiriendo el resto de cines moralos. Recuerda que pasaba programas dobles a una peseta y cincuenta céntimos, inluso proyectaba primero una bovina en el Cruz Blanca y nada más cambiar la cinta corría en su bicicleta para empezar a emitirla en el Pavón.

El propietario del cine rememoró con emoción cómo al llegar de Madrid de madrugada empalmaba las cintas de las películas y veía en compañía de su mujer la calidad del film que había conseguido.

En la actualidad, Fernández ha alquilado el cine a un empresario de Madrid, que gestiona la contración de las películas. La parte de la terraza de verano que se aprovecha para proyectar los filmes es de 800 metros cuadrados, aunque las instalaciones tienen un gran jardín que antaño se ocupaba al completo, de hecho, cada noche se ponía a disposición del público 2.000 sillas de eneas y hoy se sacan 400 butacas. Las películas se proyectan en una pantalla de 8x12, grandes dimensiones para ver a la perfección cine en una noche de verano.