TPtarece que la sociedad de ahora nos exige ser coherentes en todo. A veces usamos la coherencia como un medio de defensa personal, como una exhibición de nuestra personalidad. Ser coherente está de moda, se lleva eso de pensar y opinar siempre igual de todo. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) nos dice que coherencia es la actitud lógica y consecuente con una posición anterior, es decir, pensar siempre lo mismo de las cosas, pensar hoy lo mismo que ayer y mañana lo mismo que hoy. Lo siento, pero no estoy de acuerdo con esa exigencia.

Me da un poco de miedo aquellos que siempre tienen la misma opinión, aquellos que se mantienen siempre en las mismas ideas. Además, no creo en la coherencia como evolución, la coherencia es un inmovilismo y pienso que en la mayoría de las ocasiones se esgrime como apariencia personal ante la sociedad. Creo que el ser humano, por naturaleza es cambiante, modifica su forma de ser y de pensar desde la experiencia que le da el tiempo y la vida. Por lo tanto, ¿Por qué nos causan rechazo los cambios de ideas y de pensamientos? Lo importante es que esos cambios sean para bien de la propia persona y de la sociedad. El ser humano evoluciona, debe evolucionar, porque la vida y la sociedad también evolucionan, y en muchas ocasiones nuestras experiencias nos hacen tener un cambio radical en la forma de pensar sobre algo.

Recurrir a la inmovilidad de la coherencia como una afirmación del propio ego, como una demostración equivocada de nuestra madurez, es engañarnos a nosotros mismos, desoyendo nuestro interior, que por natural asimilación de la vida y el tiempo tiende a modificarse física, psíquica y emocionalmente. Personalmente, tengo que confesar, y no me da reparo el decirlo, dudo mucho sobre todo lo que me rodea. Creo en la duda como un camino para el conocimiento, lo dijo Aristóteles: "La duda es el principio de la sabiduría". El coherente siempre se cree en posesión de la verdad, y eso, para mí, es ciencia ficción.