Los más viejos del lugar, entre los que se encuentra algún monaguillo, como es el caso de Santos de la Hija, le recuerdan como un hombre "amante de la vida, solidario, bueno y de decisiones firmes. Ese es el retrato que a vuela pluma se hacía hacer ayer en Cuacos de Yuste de José Blázquez García, cura párroco de esta localidad durante la Guerra Civil, que en octubre de 1937 evitó que 22 cuacareños fueran ejecutados.

En aquellas fechas, el sacerdote, nacido en Pasarón de la Vera en 1868, impidió que una patrulla armada montara en un camión a los vecinos que desde hacía algún tiempo se encontraban presos en el calabozo municipal.

Por este motivo a las 12.00 del mediodía fue descubierta una placa de agradecimiento, "por sus gestos humanos", ante lo ocurrido en 1937.

Numerosos vecinos

El homenaje de ayer reunió a las puertas del consistorio, pese a la lluvia que caía en aquellos momentos, a un número considerable de personas, entre las que se encontraban el alcalde, Marín Pérez, miembros de la corporación municipal y el vicario general de la diócesis de Plasencia, Francisco Rico, junto con familiares y conocidos de José Blázquez García.

En el turno de intervenciones todos hicieron referencia a las múltiples virtudes del sacerdote y Francisco Rico leyó una carta del obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez, en la que el prelado catalogaba el homenaje de "justo", al tratarse de "un sacerdote ejemplar".