TStí, faltaría completar el título de Kennedy Toole La conjura de los necios . El necio principal es un José Antonio Reig Plá, obispo de Alcalá, que dice existir una conjura internacional para reducir la población mundial mediante la práctica del aborto. No es cualquier cosa. Sindicatos, universidades, partidos políticos, medios de comunicación, la ONU, el Parlamento Europeo, la Unesco, el Banco Mundial y la Federación Internacional de Planificación Familiar, entre otros, son los que conspiran conjuntamente, según ha dicho.

De acuerdo: fue una intervención en Intereconomía, un medio necio. Y en lunes, que no es día del Señor. Pero la conjura se declaró, y no ha habido Rouco ni papa Francisco que la enmienden. Ahí sigue, necia. Debe haber una explicación, claro. Porque si es cierto que no hay necio que logre ordenarse obispo, ¿entonces?

La Iglesia española lanza a sus principales contra la sociedad cuando los Gobiernos no se pliegan a sus directrices, como ahora el de Rajoy, que quizá no revoque la legislación sobre el aborto. El objetivo es atemorizar. Pero la Iglesia debería advertirles que el modo no consiste en involucrar al mundo, en buscar culpables a escala planetaria. El temor, sí, pero no el disparate.

Con una conspiración más modesta, de ámbito nacional, compuesta por sindicatos (no hay uno solo que no esté a favor de la ley del aborto), medios de comunicación (salvo honrosas excepciones, todos), universidades públicas (ciertas ideologías se introducen en ámbito estudiantil) y algún grupo empresarial (hay grandes poderosos que financian estos proyectos), es suficiente para poner temor y temblor en los votantes del partido que gobierna, a fin de que éste recuerde su mayoría y no vaya por ahí anunciando que la reforma sobre el aborto que el Gobierno prepara no gustará a los obispos. Una conjura doméstica. Donde no falte la ciencia, por supuesto. A partir de ahí, sí. Ya sería perfectamente posible y verosímil la conjura. Necia, pero conjura.