El festival que se celebró ayer en Alcuéscar con motivo de las fiestas patronales de la Virgen del Rosario se convirtió en un ejemplo para la eliminación de barreras en espectáculos taurinos. La plaza portátil de esta localidad cacereña, con capacidad para 3.000 personas y adaptada para discapacitados, logró que 33 internos del Centro de Atención a Minusválidos Físicos (CAMF) y de la Casa de Misericordia de Alcuéscar pudieran disfrutar de una magnífica tarde de toros.

Vieron cortar 12 orejas y tres rabos después de haber podido acceder al recinto gracias a una rampa especial abierta en uno de sus laterales. "Es como si a un ciego le permiten ver", aseguró ayer orgulloso el alcalde José Antonio Nieto. "Han podido entrar sin problemas. Queríamos que fuera un festejo para todos los vecinos del municipio", explicó.

Tarde de éxito

El estreno de los discapacitados en una plaza de toros pudo ser seguido por la consejera de Bienestar Social, Leonor Flores, que acudió invitada por el ayuntamiento. Se lidiaron toros de la ganadería de la Glorieta, de Salamanca, en un festejo organizado por Tauromontera SL, del empresario cacereño Antonio Sánchez Cáceres.

Triunfaron Víctor Janeiro y el colombiano Guerrita Chico, con dos orejas y rabo cada uno. Pero todas las miradas en el coso se dirigieron a las matadoras Mari Paz Vega y Elisabeth Piñero. Era la primera vez que dos mujeres toreaban en Alcuéscar. Un objetivo que el alcalde vio cumplido tras haberlo perseguido con tenacidad. Elisabeth Piñero protagonizó el susto de la tarde al ser cogida por un toro, aunque pudo recuperarse. El cartel lo completaron el matador Canales Rivera y el rejoneador Leonardo Hernández que pusieron, con dos orejas, el broche a una tarde para superar barreras.