Las autoridades asistentes al bicentenario de la Fiesta del Arbol coincidieron en destacar a Villanueva de la Sierra como un ejemplo a seguir. El director general de Medio Ambiente, Guillermo Crespo, consideró que "Villanueva tiene su propia cultura tradicional", algo que el Gobierno regional "intentará potenciar y convertir en algo simbólico".

La vicepresidenta de la Diputación Provincial de Cáceres, Ana María Guerra, destacó el orgullo que supone para este municipio contar en su haber con 200 años de historia y tradición en algo tan importante como es la conservación de la naturaleza.

El alcalde, José Herrero, recordó que ayer se festejaba la libertad, que fue lo que motivó al cura Ramón Vacas, hace 200 años, a plantar árboles en el Egido del pueblo. El presidente de Adisgata, José Luis Solís, destacó que lo importante es "mantener viva la fiesta durante todo el año", y por ello el grupo que preside se ha encargado de organizar actividades a lo largo de 2005 en toda la Sierra de Gata.

El presidente de la Mancomunidad de Municipios de Sierra de Gata, Alfonso Beltrán, aseguró que "hay que saber vender la fiesta", una celebración que, según opinó, pudo estar motivada por la protesta contra la ocupación francesa más que por un problema medioambiental.

El exconsejero de Turismo, Eduardo Alvarado, dijo que "sembrar árboles es sembrar vida y apostar por la naturaleza", y opinó que es un síntoma de vitalidad. También estuvo presente el presidente de Redex, Aurelio García, que coincidió con Alvarado en la vitalidad que demuestra esta conmemoración. Dijo que hay que cerrar las "cicatrices medioambientales" y apostar por el paisaje de los pueblos.

El presidente de Adenex, José María González, entiende la fiesta como "una llamada de atención simbólica para dejar a los que vengan después una celebración cargada de contenidos".