TMte lo contó Severiano Caletrío Iglesias (en el pueblo, Ti Severiano El Pájaro ). Los dos coincidimos en el tren. Estudiante yo, en aquel entonces, en la capital del Reino. Marchaba de vacaciones. Mozuelillo era Severiano y la gente, manta al hombro, se iba a dormir sobre las parvas. Tiempos de trilla. Y mozuelillos eran los que hacían la judiá . Aprovechando las sombras de la noche, asaltaban las parvas y, al grito de "!¿Cristiano o Marrano?!", tiraban de la manta y dejaban desarbolados a los pobres labrantines. "A vécih --refería Ti Severiano--, moh enganchaban y moh daban únuh güénuh tantarantánih".

Desde el siglo XIII, se sabe que a los judeoconversos se les bautizaba como "marranos". En Navarra y en otras partes, llamaban "mantas" a unos lienzos donde se ponían los nombres de los cristianos nuevos. Y se decía "tirar de la manta" al hecho de descubrir tales nombres. Era todo un oprobio el tener antecedentes judíos.

Sentados los anteriores precedentes, nos encontramos en este país de la farándula con un señor nativo de Calañas (Huelva), cuyos vecinos llevan el apodo de "judíos". Después de ser el supuesto capo de una descomunal red de fraude al fisco, lavar dinero a manos llenas, arroparse por asesores y testaferros para proteger su fortuna (¡cuánto alardeó de ella!), se está despiojando, ahora, en Soto del Real. Tesorero fue de la derecha pepeísta y puede que, por despecho, tire de la manta. El, don Luis "El Cabrón", tal vez conoce el antiguo refrán: "puta la madre, puta la hija y puta la manta que las cobija". ¡Ojo con los judeoconversos! Voces en off hablan de financiaciones ilegales de la derecha, de comidas de negocios y posibles mordidas, de empresarios metidos en el ajo, pagos a sociedades camufladas de sepulcros blanqueados y pertenecientes a gente del PP...

¿Qué habrá bajo la manta? Otro refrán dice que "debajo de la manta, tanto vale la negra como la blanca". Bárcenas lo sabe. Son presas valiosas las que allí se cobijan, lo mismo da que sean cristianas que marranas. Cuando el calañés tire de la manta y la arroje al furgón de la basura, seguro que volverá a ponerse de moda aquella copla que escuché muchas veces cantar por calles y tabernas a los mozos de mi pueblo: "Tápame, tápame, tápame,/ tápame, tápame,/ que tengo frío./ ¿Cómo quieres que te tape,/ si la manta se ha perdío?".