Si hay un elemento que no pasa de moda en Valverde de la Vera, es el plástico, contra quien tampoco puede ni el coronavirus que trae de cabeza a unos y a otros y que tanto daño está causando a nivel local, comarcal, regional y nacional.

Y en la localidad verata lo saben bien y dan prueba de ello, pues sus calles están engalanadas, un año más y ya van ocho consecutivos, con los parasoles de ganchillo de tamaño XXL y elaborados con bolsas de plástico reciclado.

Estos parasoles son elaborados por las vecinas del municipio que durante todo el año se dedican a la realización de algún nuevo diseño y a la restauración de los más estropeados. Por el día quitan sol y calor a las calles valverdeñas y por las noches, como están iluminadas, marcan el camino hasta la plaza, lugar de encuentro de vecinos y turistas, aunque este año manteniendo las distancias.

Esta idea surgió en 2012 y de ella se encarga la diseñadora y arquitecta Marina Fernández, cuyo objetivo era ofrecer un proyecto de marco colaborativo para que los vecinos tuvieran actividades que hacer durante todo el año y en verano poder mostrarlo en público.

El año pasado recuperaron los ‘picaos’ de trajes tradicionales que las mujeres se ponían durante los carnavales

Estarán expuestos hasta la primera semana de septiembre, como habitualmente, y son una fuente de atracción de turismo, tan importante en estos tiempos que corren.

En definitiva, es arte en estado puro, que contribuye a mejorar el Medio Ambiente y que, además, da sombra y una sensación mayor de frescor en las calles del casco antiguo de la localidad, que hace más llevadera la época estival. Y este año también más amena y colorida, después de todo un confinamiento y los tiempos malos vividos con el covid-19.

Sin duda, una ‘excusa’ más para conocer y visitar Valverde de la Vera y la comarca, rincones especiales y únicos que harán de este viaje un recuerdo inolvidable y con ganas de repetir.