A medida que pasan los días y la llegada a Guadalupe, con ofrenda floral a la Patrona de Extremadura, se aproxima, la emoción aumenta en los jinetes y amazonas que cabalgan a lomos de un millar de caballos, desde diferentes puntos de España, que participan en la Marcha Hípica de la Hispanidad, organizada por el Honrado Concejo.

Anoche Trujillo respiraba ambiente festivo, y hasta Pizarro, pese a estar inerte en la famosa estatua de Charles Rumsey, parecia sentir envidia de los caballos que tras la caminata bebían en la majestuosa Plaza. Este era el caso de la Agrupación Arroyana y la Asociación Virgen de la Soledad, de Torreorgaz.

La comitiva de Arroyo de la Luz, que partió el miércoles, pernoctó en Torreorgaz, "en casa de un peregrino", según desveló el secretario del Honrado Concejo, Vicente Padilla , que además tuvo palabras de recuerdo para el presidente del Concejo, Luis Ramírez , recién fallecido.

En Torreorgaz el cante y los bailes se prolongaron hasta las 02.00 de la madrugada, sin que esto fuera óbice para que a las 08.00 de la mañana de ayer, todos los componentes de los colectivos, arroyano y de la Virgen de la Soledad, estuvieran desayunando migas con café.

Tras salir de Torreorgaz el encinar, perfumado con olor a jara y tomillo dió los buenos días a la comitiva, que paró a degustar el taco de las 11.00 , junto al Cortijo de don Vidal.

El almuerzo llegaría a primeras horas de la tarde en el río Gibranzos, a quince kilómetros de Trujillo, donde concluyó la segunda etapa de la cabalgata hacia Guadalupe, después de quedar varios kilómetros más atrás los impresionantes LLanos de Cáceres y Sierra de Fuentes, con grandes poblaciones de especies ornitológicas.

En la ciudad de Pizarro se encontraron jinetes procedentes de los caminos de Navalmoral, Monfragüe, Plasencia, Yuste y Trujillo. El final de la etapa de hoy está situado en Logrosán, donde por la noche presidirá una eucaristía el prior del Real Monasterio de Guadalupe, en presencia de la Subdelegada del Gobierno en Cáceres, Jerónima Sayagues .