Los libreros locales expondrán definitivamente en la feria del libro, después de que semanas atrás anunciasen su rechazo a participar. Esta decisión es fruto de un acuerdo adoptado con la concejala de Cultura, María Milagros Rodicio. Finalmente esta feria se instalará en la plaza de Comillas, en pleno centro del pueblo, atendiendo a una demanda de las librerías moralas que se remonta a dos años. La feria se ubicaba en la plaza de las Minas, lugar que no les gustaba porque estimaban que decían se encontraba retirado del centro urbano y acudían pocos visitantes, con lo que las ventas se resentían.

Los locales solicitaban a su vez el traslado de la carpa municipal al centro, para en caso de lluvias evitar que los curiosos dejasen de acudir a la feria, aunque el ayuntamiento ha considerado que eso es inviable, con lo que les ha ofrecido más espacio para las casetas individuales que ocuparán una superficie de 18 metros cuadrados cada una, además de que Rodicio ha asegurado que los estands permanecerán cerrados herméticamente para evitar que las lluvias estropeen el género.

La Asociación de Libreros La Galatea ha colaborado para que este acuerdo fructifique ya que instalará cuatro estands en vez de los diez previstos inicialmente, con lo que la feria contará con un total de nueve casetas, incluyendo la del ayuntamiento y las cuatro de los libreros locales.

El presupuesto de las cuatro casetas de los proesionales moralos asciende a 3.280 euros.

DESCONTENTO Las librerías moralas, a pesar de haber llegado a un acuerdo con la concejalía, continúan mostrando su malestar con el planteamiento de esta nueva edición ya que, como afirma Leandro Fernández, uno de los libreros de la localidad, "rompe con la filosofía tradicional", puesto que como dice, La Galatea traerá libros de ocasión, que difieren del espíritu de una feria del libro morala que ha contado siempre con las novedades del mercado editorial. Además, añade que sus ventas se verán perjudicadas por el género que acercará la Galatea; libros que en su mayoría estarán descatalogados y que suelen ser de mala calidad y a un bajo coste.