Varios centenares de agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, junto a autoridades, familiares y amigos, despidieron ayer al alférez-jefe del Destacamento de Tráfico de Trujillo, Bartolomé Delgado Cívico, de 40 años, fallecido el día anterior en un accidente de tráfico ocurrido cuando se encontraba en acto de servicio. Se produjo cuando patrullaba por la autovía A-5 y a la altura del kilómetro 168 un perro que invadió la calzada le hizo perder el control de su motocicleta, que chocó contra el quitamiedos y le lanzó fuera de la carretera.

La noticia causó una gran conmoción, la que aún ayer se reflejaba en los rostros de las cientos de personas, en su mayoría agentes de la Guardia Civil llegados de Madrid y de diferentes puntos de Extremadura, que se congregaron en la plaza Mayor de Trujillo para asistir a la misa funeral que a las 11.00 horas se ofició en su honor en la iglesia de San Martín.

Entre los asistentes, el director general de la Guardia Civil y la Policía Nacional, Francisco Javier Velázquez, quien, acompañado por la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, y el subdelegado en Cáceres, Fernando Solís, mostró su pesar por el trágico suceso y destacó la valía del alférez fallecido, al que según indicó "el ministro y vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha otorgado, a propuesta de esta dirección general, la Cruz de Plata al Mérito de la Guardia Civil".

Poco antes de las 11.00 horas los acordes del himno nacional recibieron el féretro con los restos mortales de Bartolomé Delgado, que casi una hora después era despedido por los del himno de la Guardia Civil y el emotivo himno ´La muerte no es el final´.

Con gran solemnidad, y escoltado por motoristas del Cuerpo, el coche fúnebre partía hacia Cortegana, localidad onubense de la que es originaria la familia de la mujer del alférez fallecido y en la que estaba previsto que ayer mismo recibiría sepultura.