Después de muchos retrasos, el nuevo pabellón moralo, llamado Antonio Jara, es YA una realidad, aunque aún faltan algunos remates para que pueda lucir completamente. Por ejemplo, una simple visita exterior demuestra que hay problemas por solucionar, como las balsas de agua que se han formado en algunos accesos debido a las intensas lluvias de los últimos días. También los callejones que quedan en algunas esquinas y que el ayuntamiento evitará.

De este modo, durante la visita que el alcalde de Navalmoral, Rafael Mateos, hizo ayer con parte de su equipo de Gobierno y de la cuadrilla municipal se tomó nota de algunas actuaciones necesarias, como por ejemplo la de un cerramiento exterior para uno de los costados del pabellón. La intención es evitar que se suban unas escaleras descubiertas, y que se utilicen como improvisados refugios los huecos que quedan debajo de las mismas.

Este cerramiento, ya encargado, se prolongará hasta la calle Antonio Maura, que no tendrá acceso de este modo al pabellón por uno de sus extremos. Estas medidas, calificadas de vigilancia y seguridad por el equipo de gobierno, se completarán con la colocación de algunas cámaras de seguridad en el mismo pabellón para controlar los accesos y los alrededores.

Por otro lado, para que se pueda hacer uso de la infraestructura aún quedan otros remates, como las tomas de luz o el equipamiento. Para este último apartado se han destinado 30.000 euros de los presupuestos del 2010, fondos con los que se comprarán redes de voleibol, porterías de fútbol sala, canastas de minibasquet, banquillos y un tatami. Para una segunda fase se contempla la adquisición de una grada telescópica con la que se alcanzarían los 437 espectadores.

Al margen de la pista, el nuevo pabellón tiene gran cantidad de estancias laterales para vestuarios, aseos, despachos... "Este es un pabellón de batalla y hay que sacarle el máximo rendimiento", señaló el teniente de alcalde José Pascual.