Ocho trujillanos ocupan unos 800 metros cuadrados de terreno destinado a huertos de ocio en San Lázaro. Están en una zona que el ayuntamiento habilitó en 2016 para poner en marcha el funcionamiento de huertos ecológicos y fomentar así el empleo entre los parados, así como los huertos para emprendedores, apadrinados y solidarios. La iniciativa, que contó con la colaboración con la Fundación Maimona y el apoyo económico de la Fundación Daniel y Nina Carasso, trató de tomar impulso de nuevo el año pasado, aunque finalmente no tuvo continuidad. Y eso a pesar de que se comenzó con las labores de preparación del suelo y el diseño del sistema de riego.

Ahora, sin embargo, parte de estos terrenos tienen vida gracias a vecinos como Ángel y Conchi, que se acercan cada día hasta su pedazo de tierra para cultivar cebollas, calabacines, pimientos, tomates, sandías, remolachas y patatas, entre otros productos. Su espacio de 100 metros es como una gran despensa que comenzaron a trabajar en marzo, cuando solicitó uno de los huertos y le asignaron dos de 50 metros cuadrados «ya que había terreno libre», asegura Ángel, a quien le falta un año para jubilarse. Por ello ha pagado 30 euros «que se supone que me devolverán» y cada tres meses 10 euros por el agua para el riego que extraen de un pozo. Todo lo que recogen es para consumo propio, como el resto de vecinos de parcela, «que solo queremos para entretenernos», cuenta.