Barricadas, pedradas, neumáticos ardiendo, más de dos decenas de detenidos, autobuses destruidos, llamamientos que son ignorados por la población local... Un día después de que los residentes de Novi Sanzhary, una pequeña ciudad de provincias en el centro de Ucrania, mantuvieran duros enfrentamientos con la policía local en protesta por el confinamiento en unas instalaciones próximas de evacuados de China debido a la epidemia por coronavirus, las autoridades de Kiev intentaron restaurar ayer el orden enviando 300 guardias nacionales, al tiempo que culparon de los desórdenes vividos a «campañas de desinformación» de origen no determinado.

«¿No hay otro lugar (en el país) donde se pueda internar a cincuenta pacientes?», se quejaba Yuriy Dzyubenko a la agencia Reuters. Otra persona interrogada sugirió la zona de exclusión alrededor de la central de Chernobil como lugar adecuado para que los regresados del país asiático pasen el periodo de cuarentena.

Las autoridades ucranianas han reconocido la pésima imagen internacional que han generado los incidentes, y para calmar los ánimos, la ministra de Sanidad, Zoriana Skaletska, anunció que ingresará en el mismo centro sanitario donde han sido internados los evacuados.

«Decimos constantemente que Ucrania es un país europeo; a decir verdad, ayer me pareció que vivíamos en la Europa de la Edad Media», criticó el presidente Volodimir Zelenski. Por su parte, el primer ministro Oleksiy Goncharuk denunció la existencia de una campaña de desinformación que azuzó el pánico. En concreto, habló de una cadena de falsos correos electrónicos procedentes supuestamente del Ministerio de Sanidad que hablaban de casos declarados de infección por coronavirus, algo que ha sido desmentido. De hecho, las autoridades han sometido a los evacuados a dos pruebas de sangre antes de embarcar en el avión y ninguno ha dado positivo por lo que de momento no están enfermos. MARC MARGINEDAS