Los avisos insertados en las cajetillas de tabaco sobre sus efectos perjudiciales han disparado la venta de pitilleras y fundas para cajetillas hasta agotar las existencias en algunos estancos, para evitar leer frases como Fumar mata o Fumar puede ser causa de una muerte lenta y dolorosa . A partir de hoy, todos los paquetes que se comercialicen deberán llevar las advertencias sanitarias en negro. También deberá desaparecer la denominación light o bajo en nicotina.

Fuentes de la Unión Nacional de Estanqueros puntualizaron ayer que, a pesar de la prohibición oficial, será "posible, aunque muy raro" encontrar en algunos puntos cajetillas con el formato antiguo "hasta que se acaben las existencias". El Ministerio de Sanidad anunció que el real decreto que hoy entra en vigor no admite prórroga y que el Gobierno sancionará estos casos.

PRODUCTO ESTRELLA

Los fumadores han acabado en algunos estancos de Madrid y Barcelona con los cubrepaquetes de cartón que sirven para pocos usos y que se venden a sólo 60 céntimos. Pero también se han disparado las ventas días de pitilleras metálicas y de piel cuyos precios superan los 30 euros.

Según Juan Ignacio Blázquez, vicepresidente de la Asociación de Expendedores de Tabaco de Barcelona, las pitilleras se han convertido en un producto estrella. "Los estanqueros no hemos hecho nada. También se venden en otros establecimientos. Se han vendido siempre y de acuerdo con la ley", advirtió Blázquez.

La Asociación Empresarial del Tabaco (AET) advirtió ayer de que las tabacaleras no venden cajetillas como objetos promocionales. "Cumpliremos estricta y escrupulosamente la norma", dijo un portavoz y anunció que acatará la retirada de las leyendas de light o bajo en nicotina que exige el decreto de Sanidad, pero mantendrá los colores de las cajas.

La norma fija multas de hasta 3.000 euros (500.000 pesetas) por faltas leves como no cumplir la alternancia de las advertencias sanitarias. Por incumplir por primera vez los requisitos exigidos o negarse a informar al Gobierno, las sanciones pueden elevarse a 15.000 euros (2, 5 millones de pesetas). Las infracciones muy graves, como las inscripciones incorrectas, la venta sin control o no facilitar los ingredientes serán castigadas con hasta 600.000 euros (100 millones de pesetas).