Los avances técnicos desarman con cierta frecuencia las estrategias preventivas de los mayores. Un ejemplo es la consolidación de la tecnología móvil. "Antes aconsejábamos colocar el ordenador en el comedor para inspeccionar la actividad del menor. Ahora, con móviles y tabletas, los jóvenes eluden el control con suma facilidad", explica Maialen Garmendia, de EU Kids. De ahí que abogue por el diálogo. La evolución, sin embargo, no es solo tecnológica. También se da en la mentalidad de los adolescentes, que ya están concienciados sobre la presencia de pederastas en la red. "Cuando alguien que no es de su entorno les pide que le agreguen, muchos investigan sobre su perfil antes de aprobarlo", expone.